* Estuvo entre las decenas de agentes acusados de trabajar para un cártel de las drogas, y, sobre todo, en la tortura, muerte y decapitación de tres oficiales de Playas de Rosarito
PLAYAS DE ROSARITO, 23/08/2021.- El agente Jorge Alberto Pérez Crosthwaite, quien fue arraigado y encarcelado en el año 2006 bajo cargos de delincuencia organizada, delitos contra la salud, homicidio, cohecho y posesión de cartuchos y armas de fuego de uso exclusivo del ejército, denunció penalmente al Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Playas de Rosarito.
La denuncia penal se
resume en presuntas presiones para extorsionar a personas asistentes un evento
masivo, abuso de autoridad y amenazas de muerte; lo de las amenazas no se
incluyen en la querella formal, aunque sí se comenta en su relatoría de hechos.
Pérez Crosthwaite se
dice licenciado en derecho, aunque no ostenta ni se ubica el título respectivo,
y, no obstante, su relato de los hechos refiere amenazas de muerte,
aparentemente no se atrevió a incluir lo de las amenazas, ni lo de corrupción
(“presiones para extorsionar”), en la lista de cargos “por abuso de autoridad
y/o lo que resulte”.
Probablemente las
omisiones se deban a la de falta de pruebas para algo más fuerte que un
presunto “abuso de autoridad”, como en cambio, sí advierten oficiales adscritos
al cuerpo de seguridad pública municipal de Playas de Rosarito, que han
recibido amenazas del agente Jorge Alberto Pérez Crosthwaite, y hay unos audios
que prueban eso.
En su relato afirma
que, a las presuntas “instrucciones” de extorsionar, recaudar y entregar lo
recabado “sin picar ojos”, él respondió que iba a cuidar su trabajo, pues ya estaba
por jubilarse, como si estuvieran borrados sus antecedentes penales de
delincuencia organizada y hasta homicidio, y que, por “lagunas” en la Ley, fue
liberado, junto con muchos otros policías.
Mientras que, a la mayoría de los policías que fueron detenidos en el año 2006, por presuntos nexos con un cártel de las drogas, se les imputó cargos de delincuencia organizada, delitos contra la salud, y posesión de cartuchos y armas de uso exclusivo del Ejército, Jorge Alberto Pérez Crosthwaite, fue uno de los ocho vinculados al asesinato de tres policías de Rosarito y un civil.
Después de cumplir su arraigo de 90 días, en los que se agotaron investigaciones, Pérez Crosthwaite estuvo entre los 8 agentes trasladados al Reclusorio Preventivo Sur de la Ciudad de México, acusados de haber participado en la tortura, muerte y decapitación de tres policías municipales de Playas de Rosarito, y de un civil.
Otros estuvieron además
involucrados en privaciones ilegales de la libertad, en la modalidad de
secuestros, y fueron solo una parte de otras decenas de agentes involucrados en
crímenes de cárteles de las drogas, pero que, por unos “errores” legales fueron
liberados.
Ahora Jorge Alberto
Pérez Crosthwaite afirma tener un expediente “limpio”, y, para rematar, busca
jubilarse con honores, con una denuncia penal en la que se exhibe como
“víctima” de cargos menores a los que le imputaron cuando se lo llevaron, por
delincuencia organizada.
En oficinas de la
Fiscalía General (FGE) de Tijuana es donde asentó la denuncia penal, pese a que
pudo presentarla en Playas de Rosarito, por tratarse de la localidad donde
indica sucedieron los hechos que refiere en su declaración.
Varios policías de
Playas de Rosarito informan que no es la primera vez que Pérez Crosthwaite
presenta denuncias contra elementos de la corporación, generalmente por los
mismos motivos, cuando se ve afectado en sus intereses, o está en una comisión
que no es de su agrado.
Entre la tropa no es
bien visto, por considerársele como “dedo” e “intrigoso”, con tal de quedar
bien con sus superiores; aunque, esta vez, no respetó ni al superior de mayor
rango.
Todas las denuncias
anteriores, presentadas por el mismo Jorge Alberto Pérez Crosthwaite, no
procedieron.
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