* Sea quien sea, sin respetar semáforo verde, sin importar que sean ciudadanos estadunidenses, donde ponen el ojo, hacen sus decomisos a diestra y siniestra
* Aprovechan sobre todo la temporada invernal navideña para extorsionar, o quedarse con todo lo que puedan
José Ángel Inzunza Mendoza
TIJUANA, 29 de noviembre de 2021.- El tercer operativo del año del Programa Paisano ya empezó, y los aduanales están haciendo su agosto, abusando de sus cargos y una ley que manipulan a su antojo, porque realmente ni la respetan, perjudicando igual a paisanos y a visitantes extranjeros a territorio mexicano.
Sea quien sea la
persona a la que detienen, sin respetar semáforo verde, e incluso, sin importar
que sean ciudadanos estadunidenses, donde ponen el ojo, hacen sus decomisos a
diestra y siniestra, aunque lo que hagan sea ilegal, amparados en sus placas y,
presumiblemente, en el respaldo del Administrador de la Aduana en turno.
No lo dicen los medios,
ni los que se quejan de los abusos, los propios agentes aduanales presumen que
el jefe en turno les respalda en todas sus fechorías, y aprovechan sobre todo
la temporada invernal navideña para extorsionar, o quedarse con todo lo que
puedan.
En el portal viene una guía de lo que pueden cruzar de mercancías al territorio mexicano, y, no obstante que las autoridades estadunidenses den un visto bueno, y, aunque el semáforo se ponga en color verde, del lado mexicano los aduanales detienen a personas y hacen revisiones con lujo de prepotencia.
Luego aplican su librito
azul e interpretan la ley a su antojo, para asustar a los detenidos, con dos
objetivos: que ceda a la extorsión, o decomisar, para quedarse con mercancía,
la cual “se subasta”, y así obtienen regalías los funcionarios federales de
aduanas.
El colmo de males es
que, decomisan vehículos a ciudadanos estadunidenses, y, pese a que demuestran
la propiedad de la unidad, luego los hacen echar muchas vueltas, hasta que, de
acuerdo a los procedimientos, “esto ya quedó en el Jurídico, y tendrá que
esperar a que resuelva, para enero o febrero, o tal vez para marzo”.
Ese es el caso de un
ciudadano estadunidense, quien, al cruzar por la garita de El Chaparral al lado
mexicano el pasado 11 de agosto, fue detenido por el agente aduanal Jesús Iván
Sandoval, lo detuvo, y, pese a que el propietario del auto mostró su ID, el
título y otros documentos, el aduanal alegó que faltaba un papel, y aplicó el
decomiso.
Al día siguiente acudió
el ciudadano estadunidense con el subadministrador de aduanas, ya con todos los
documentos, y el de nombre Paulo Hernández le dijo que tenía que llevarlos con
sus traducciones y apostillarlos, todo lo cual llevó tiempo y dinero que no le
ha redituado el beneficio de que le devuelvan su vehículo.
Luego el argumento fue
que ya se fue a procedimiento jurídico, y, lo último que le dijeron fue que están
conscientes de que no era procedente el decomiso del vehículo, pero “tendrá que
esperar a que el departamento jurídico resuelva, para enero o febrero, o tal
vez para marzo”.
El afectado con ese
acto ilegal, lamenta que “así es como se las gastan los agentes aduanales,
cometen arbitrariedades, y, si alguien puede defenderse, aunque eche muchas
vueltas, creen resolver todo con un “usted disculpe”, y lo que es peor, escudándose
después en los protocolos, para quedarse, de todas maneras, con lo que quitan”.
Con tanto tiempo sin su
unidad, el ciudadano estadunidense se pregunta si, en vez de pelear un largo
proceso jurídico, sería mejor denunciar en Estados Unidos el robo de su
vehículo, y, a ver qué argumentos pondrá la autoridad mexicana, con su “usted
disculpe”.
La identidad de este
ciudadano estadunidense es lo de menos, es lo que se repite en decenas o
cientos de ellos, y, con ese tipo de recibimientos, ¿quién puede confiar en
esos Programas Paisanos, que, los reciben con un abrazo, y les vacían sus
bolsillos?
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